viernes, marzo 16, 2007

Todos los caminos conducen a Washington

Durante la gira de George Bush por Colombia, Brasil, Uruguay, Guatemala y México vimos lo que siempre ocurre cuando un presidente de esa nación visita cualquier país: Manifestaciones de rechazo al presidente y al país que representa.

Todos odian a Estados Unidos, pero todos lo admiran. Lo queramos o no, ese país sigue dictando el ritmo del planeta.El mundo está al pendiente de quién ganó el Oscar en Estados Unidos, las películas que producen en ese país, sus programas de televisión, si fabricamos algo queremos vendérselo a ellos, comemos hamburguesas de ellos, nos gustan sus autos y camionetas, compramos nuestra comida en sus tiendas. Queremos ser como ellos.

Se menciona que Estados Unidos tiene abandonado a Latinoamérica, porque sus ojos están en Oriente Medio. ¿A alguien le importa si el gobierno de Noruega, Italia o Australia le presta atención a Latinoamérica? No. Todos los países quieren la atención de Estados Unidos al mismo tiempo que dicen que no lo necesitan.

La mitad del tiempo de los noticieros cubrió la gira de Bush. Que si bromeó, qué fue lo que comió, etc. Si el presidente de Paraguay viene, le dan una nota de 10 segundos.

El mismo Hugo Chávez, que tanto cacarea contra Estados Unidos, depende de ellos para mantenerse.Hugo Chávez es algo así como el hijo rebelde que desprecia al padre y le quiere demostrar que no lo necesita para mantenerse y vivir solo y cuando decide dejar la casa le pide dinero para irse a vivir a otro lado. De la misma forma, Chávez está soltando petrodólares al por mayor para lograr una integración en la región con su mini OPEP gasera, su banco del Sur etc, esto, por supuesto, con el dineral que le está entrando de sus negocios con Estados Unidos, país con el que, por cierto, ha aumentado su intercambio comercial en los últimos años.

Hay que aceptarlo. La potencia dominante es la dueña del planeta.Si algún dictador provoca alguna matanza de civiles, tarde o temprano la pagará.Bush provocó una guerra civil en Irak y mató a miles de civiles y soldados de su país con tal de tener el control de las reservas petroleras iraquíes. Sabemos que nadie lo va a juzgar.

Aunque seas presidente de cualquier país, si no bailas al son que te tocan los gringos, te eliminan: Ahí tenemos al ex presidente de Panamá, Noriega, en una cárcel en Estados Unidos, o al mismo Saddam Hussein, que acabó en la horca.

México, en lugar de estar lloriqueando por el muro, debe de crecer su industria interna, dar trabajo a la gente para que no se vaya y aprovechar que estamos al lado del país al que todo mundo le quiere vender, para hacer llegar nuestros productos de una forma económica.

China, que nos está quitando casi todo el mercado con nuestro cliente del norte, daría lo que fuera por tener una frontera con Estados Unidos y así evitar transportar su mercancía por barco durante dos meses. Nosotros en cambio, vemos esa frontera como un problema.

En tiempos del Imperio Romano, todos los caminos conducían a Roma, en la actualidad, todos los caminos conducen a Washington.

La próxima vez que nos visite un presidente de Estados Unidos, en lugar de romper vidrios de nuestra ciudad y quemar banderas, mejor hay que pensar qué podemos venderle.

Luis I. Fadl
lifadl@gmail.com