domingo, mayo 20, 2012

Porque los refugiados palestinos no pueden ser libaneses

He leído comentarios de personas que exigen al gobierno libanés naturalice a los miles de refugiados palestinos que viven en su territorio.
Culpan a Líbano de tratar a los refugiados como personas "de segunda", pero nunca he leído que alguien exija a Israel hacer algo por estas personas, cuando fue este país quien robó y expulsó a miles de personas en 1948. Personas que ahora, junto con sus descendientes, viven en campos de refugiados en Líbano, Siria o Jordania.

En Líbano, con las primeras oleadas de palestinos expulsados de sus tierras por los sionistas en 1948, los campos comenzaron a saturarse, aunque anteriormente ya habían llegado al país algunos inmigrantes pudientes que habían huido de la inestabilidad en Palestina, pero siempre con la esperanza de volver, en cuanto la situación se calmara.

Los refugiados de los campos viven en la miseria, no tienen ahorros, status social o formación. Su presente es miserable, su futuro es negro.

En 1950 había 127 mil refugiados. En la actualidad son más de 400 mil que viven en 12 campamentos diferentes y dependen de la economía informal. Son recolectores o albañiles temporales. Muy parecido al migrante mexicano en Estados Unidos.

Dos realidades diferentes viven con ellos: El regreso a sus tierras es imposible, pues ahora, en donde estaban sus propiedades y territorio, existe Israel y Líbano, el país en donde sobreviven, les niega una carta de naturalización.
¿Porque se les niega la asimilación al Líbano? ¿Porque no integrarlos a la sociedad?

En un principio, los refugiados fueron asentados en el sur, pero posteriormente fueron distribuidos por el resto del país para evitar la concentración de los refugiados en una determinada zona. Todo ello, con el fin de prevenir el colapso del sistema político libanés, basado en el equilibrio entre las comunidades cristiana (maronitas, protestantes, griegos ortodoxos, católicos y maliquíes) y musulmana (sunnitas, chiítas y drusos).

La llegada de decenas de miles de refugiados musulmanes fue percibida como una amenaza que podría quebrar el balance poblacional, sin embargo, 3 mil familias cristianas si fueron naturalizadas de inmediato.

La mayor parte de refugiados vagó de un lugar a otro antes de fijar su residencia definitiva. Los sentimientos de indiferencia, hostilidad o simpatía de las décadas de los cincuenta y los sesenta, desembocaron con la entrada de la Organización para la Liberación de Palestina en Líbano en los setenta, polarizando a los partidarios y adversarios de los palestinos.

Tras el estallido de la guerra civil en 1975, las tensiones aumentaron y los refugiados pagaron su cuota con la destrucción parcial o total de los campamentos de Mie Mie (Saida), Rashidiyye (Tiro), Tal Za tar y Shatila (Beirut). 32 mil palestinos se quedaron sin hogar.

Tras los Acuerdos de Taef en 1989, la clase política libanesa llegó a la conclusión de que la amplia presencia palestina (un 11% del total de la población) podría volver a desestabilizar el país, por lo que se acordaron un conjunto de medidas encaminadas a reducir su número, sin embargo este problema va en aumento pues los campos siguen aumentando su población y, para empeorar las cosas, la influencia de musulmanes alineados con Irán va en aumento.

Parece que el futuro de los cristianos en Líbano no pinta bien, y esta, si es su patria.
Campo