En estas últimas semanas está de moda mantenernos al pendiente de caídas del poder de dictadores que la mayoría de la gente no conocía.
Vemos en las noticias menciones de Túnez, Egipto o Libia, cuando antes no nos enterábamos de nada que ocurriera ahí y pintan a los gobernantes de éstos países como demonios malditos, cuando unas semanas antes eran los grandes amigos de occidente.
Hay algunos líderes que si están aislados de la comunidad internacional, como Kim Jong-Il, de Corea del Norte que no escucha a nadie y envía a prisión a quienes no lo adoran como su Amado Líder
Otros eran queridos por un amplio sector de su pueblo, como Hosni Mubarak, quien en unas cuantas semanas un sector manipulado por la teocracia lo quitó del poder en febrero pasado.
Otros más son tolerados por las grandes potencias a cambio de explotar sus recursos naturales o su estratégica posición militar, como Muamar Gaddafi.
Este último, aunque está combatiendo a su propio pueblo, ningún país (excepto Francia) lo ha dejado de reconocer como el presidente de Libia (aunque él diga que ese no es su puesto).
Otros más se endeudan a nombre de sus conciudadanos y quedan a merced de los organismos acreedores multilaterales.
Ben Alí de Túnez, aceleró su caída en medio de una crisis alimentada por el alza de precios de los alimentos básicos que le impusieron el Fondo Monetario Internacional y USA.
El mismo Mubarak fue sometido por sus acreedores en la aplicación de políticas totalmente opuestas a los intereses de la población de Egipto. Le impusieron un duro programa económico y una obligada participación en la Guerra del Golfo de 1991.
Excesivas medidas de austeridad, desregulación de los precios de los alimentos y fiebre privatizadora, empobrecieron a la población egipcia y desestabilizaron su economía. Sin embargo, Mubarak era alabado entonces por el mismo FMI
Lo mismo le pasó a Ben Alí de Túnez en enero, tras 24 años en la presidencia.
Las potencias económicas siempre mantienen a grupos de oposición listos para actuar a su conveniencia. Esto para quitar del poder a su “aliado” cuando ya no les sirve y quedan con la deuda “moral” y económica del nuevo grupo en el poder.
Son simples marionetas políticas manejados por los verdaderos dictadores
A los conocidos dictadores del mundo, si observamos bien, les notaremos los hilos manejados por las potencias industrializadas a cambio de la instalación de bases militares o de la explotación de sus riquezas naturales.
Sábado, 12 de marzo de 2011
