domingo, febrero 19, 2012

Asentamientos en Israel o discutir cómo dividir la pizza mientras te la comes

La construcción de asentamientos en el Margen Occidental de Palestina es la prueba de que el gobierno de Israel no tiene respeto alguno por la población civil palestina.

Recordemos que los palestinos no invadieron territorio israelí. Fueron los migrantes judíos los que llegaron a Palestina desde finales del siglo XIX y que con gran violencia arrojaron a los habitantes palestinos de sus casas en 1948.
Arrasaron con poblaciones enteras, destruyeron toda huella palestina y levantaron nuevas poblaciones en los territorios robados.

Este asunto ya no está en discusión en la actualidad. Lo que se busca ahora es el fin de la violencia y la creación de un estado palestino.
Paz y prosperidad para ambos estados.

Esto no resolverá la vida de todos los palestinos, pues el robo de sus tierras dejó a miles de personas viviendo en campos de refugiados de Líbano, Siria y Jordania.
Esos refugiados suman ahora más de dos millones de personas sin casa, ciudadanía o derechos elementales.

A Israel solo le interesa seguir expandiéndose a costa de lo que sea demostrando un egoismo brutal y poniendo películas del holocausto para recordarnos como sufrieron durante la persecución nazi, como si fuera la única tragedia en la historia de la humanidad.
¡Esto es muy crudo, pero es cierto!

Dentro de Israel se alzan voces contra su gobierno. La directora de la organización Jewish Voice For Peace, Cecille Surasky denunció como mentiras lo dicho por Netanyahu que en Israel se vive una democracia ejemplar.
El 93% del territorio israelí está reservado exclusivamente para judíos. ¿Qué democracia gozan 2 millones de palestinos que viven en Cisjordania bajo ocupación militar israelí? ¿Y qué tal los 1.5 millones de residentes de Gaza que viven el bloqueo israelí aéreo, terrestre y marítimo?

Esta misma organización judía pacifista denunció que Netanyahu mintió sobre Jerusalén al referirla como la capital indivisible de Israel aún cuando la carta original de las Naciones Unidas que creó al estado de Israel identificaba a ésta ciudad como una zona internacional compartida por todas las partes.

A Israel no le importan las fronteras reconocidas por la comunidad internacional pues reiteradamente se ha pronunciado que jamás regresará a las mismas.

El problema principal reside en la ambición israelí de anexión de los territorios ocupados contrario a lo dispuesto en la Carta de las Naciones Unidas de la que Israel es signatario, donde estipula que ningún país anexará e incorporará para sí territorios ocupados durante conflictos bélicos. Aún cuando en Gaza se detiene el lanzamiento de cohetes por semanas Israel no detiene ni por un segundo la construcción de muros y edificaciones en los asentamientos ilegales sean en Jerusalén Oriental o en Cisjordania.

No puedes sentarte a discutir cómo dividir la pizza mientras te la comes.