La relación de Hugo Chávez con las FARC existe, por lo menos, desde el principio de su gestión como presidente de Venezuela. Y esa relación va más allá del simple apoyo moral.
El apoyo de suministros y armas que pasan por las fronteras que Venezuela y Ecuador comparten con Colombia.
El apoyo para establecer bases seguras en territorio venezolano y ecuatoriano.
El apoyo político a través de los medios de comunicación aprovechando que los reflectores siempre están sobre Chávez.
La solicitud de que se reconozca a las FARC como un movimiento social legítimo es un ejemplo de ello.
El apoyo popular (inclusive dentro de Colombia) con la mediación de Chávez en la liberación de rehenes. Mediación planeada desde hace muchos años.
El apoyo económico, aprovechando la gran cantidad de petrodólares que tiene Venezuela en sus arcas por los altos precios del petróleo y el aumento en el consumo mundial.
Todo esto no tiene nada de extraordinario viniendo de alguien como Chávez o de sus títeres Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua o Evo Morales de Bolivia, que son cachorros del mini imperio venezolano.
Lo extraordinario de todo esto es que Chávez llame a Álvaro Uribe “un terrorista que no quiere la paz”.
Luis I. Fadl
03 de marzo de 2008
