Revivir la Unión Soviética como tal es imposible. Los rusos y el mundo lo saben, pues la mayoría de sus ex repúblicas tienen bien establecidos sus procesos democráticos, están integrados al comercio europeo e inclusive tienen bases de la OTAN en su territorio.
Sin embargo, lo que Vladimir Putin quiere, al igual que muchos políticos y ciudadanos en la actualidad, es que Rusia recupere su posición de potencia. Primero en Europa y después en el escenario mundial.
Rusia no perdió mucho territorio al finalizar la URSS. Sigue siendo el país más grande del mundo, el que más millonarios tiene en Europa y además es el principal proveedor de gas a Europa (Gazprom es la empresa de gas más grande del mundo).
Si le sumamos su aún ultra poderoso ejército, Rusia puede, en 10 o 15 años, recuperar su antigua posición, y eso lo sabe Putin, como buen ex KGB que es.
En lo económico, Rusia se encuentra hoy entre los diez países más importantes del mundo (PIB de 2.097 billones de dólares ya en 2007). A pesar de esto, en uno de los últimos Consejos de la Federación, Vladímir Putin se ha planteado el objetivo de posicionar a Rusia en el quinto lugar por el volumen del PIB para el año 2020
El punto más fuerte de la economía rusa es su sector energético. Rusia es el tercer socio comercial de la Unión Europea, después de Estados Unidos y China, pero las relaciones comerciales se basan en su mayoría en el suministro del petróleo y gas.
En la época de la URSS el país tenía un fuerte potencial tecnológico en sectores de investigación espacial, defensa, desarrollo nuclear y energético, pero los tiempos han cambiado. Para crecer no basta con exportar petróleo y gas. Han comenzado ya grandes programas de desarrollo tecnológico y comercial.
Estados Unidos desea el mundo unipolar que disfrutó en los 90's y quiere ralentizar a China, que se acerca cada vez más al primer sitio (aunque falten algunas décadas para ello) y ahogar militarmente a Rusia dentro de sus fronteras, armando a algunas ex repúblicas soviéticas. Sin embargo, el gobierno ruso está moviendo sus piezas con inteligencia.
El gobierno ruso tiene que solucionar no solo los problemas económicos, sino también prestar una especial atención a los temas sociales.
La sociedad rusa presenta una falta de democracia real y últimamente el gobierno ruso ha dado pinceladas de control popular al estilo soviético.
La pregunta es, ¿se puede crecer con total apertura? Las manifestaciones en Europa no lo marcan así. Tal vez un poco de control estatal puedan poner el orden que se necesita, y en eso, Putin es un experto.
Los levantamientos sociales en medio oriente y norte de África han revuelto la escena mundial. El árbitro que decide quien se va y quien se queda es Estados Unidos, mientras Europa, sumida en sus propios problemas económicos solo asiente a lo que el Tío Sam ordena.
China, concentrada en su mega crecimiento, aparentemente no ha intervenido en medio oriente, pero está marcando una línea de hasta dónde puede llegar occidente con sus acciones, y esto a Estados Unidos le incomoda sobremanera (ya lo vimos con la solicitud de embargo petrolero a Irán).
Rusia en cambio, ya envió buques de guerra al golfo de Ormuz y al Mediterráneo, en apoyo a Irán y Siria y nadie dice ni pío.
Hace unos años Europa le levantó la voz a Rusia por el incremento en el precio del gas en pleno invierno. Putin les cerró la llave, los europeos se congelaron y sacaron la cartera para pagar al precio que Rusia les indicó.
En el 2008 Georgia atacó a Osetia del Sur. Estados Unidos apoyó a Georgia y planteó la posibilidad de instalar misiles en su territorio. Rusia reaccionó y en un par de semanas metió en cintura a Georgia y recibió una disculpa y una promesa de no intervención en la zona por parte de Estados Unidos.
En 2001 China y Rusia crearon la Organización de Cooperación de Shanghái a la que también pertenecen Kazajstán, Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán. El fin de esta organización es cultural y económico, sin embargo, después de las invasiones a Afganistán e Iraq, tropas estadounidenses se estacionaron en Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán y el objetivo principal ahora fue forzar la retirada de fuerzas extranjeras (léase Estados Unidos) de sus territorios.
De las nuevas mega economías del BRIC (Brasil, India, Rusia y China), sólo Rusia y China pueden hacer un contrapeso militar a Estados Unidos.
De éstos dos, solamente Rusia puede competir con los Estados Unidos en capacidad de destrucción total y se alza de nuevo, entonces, como un árbitro capaz de imponer orden en el caos internacional.