05 de Mayo de 2005
Hace algunos años, el secretario de la ONU disparó críticas a Israel por los "daños" causados a los palestinos y lo llamó "abominación".
Por supuesto que también recordó a las víctimas del holocausto y del antisemitismo que han vivido los judíos en muchas partes del mundo. Tenemos que seguir adelante y no vivir en el pasado.Con esto no me refiero a que lo eliminemos de nuestras mentes para no darnos cuenta que puede volver a ocurrir otra vez.
¿No murieron 21 millones de rusos y 13 millones de chinos (gran parte civiles inocentes), en la Segunda Guerra Mundial? ¿Acaso éstos no sufrieron?
¿Qué el pueblo judío son las únicas víctimas en la historia de la humanidad?
No olvidemos tampoco los sufrimientos de millones de personas que fueron secuestradas como esclavos y traídas a América por los países colonialistas. Tema que renace con mucha fuerza en estos días y que nadie se había atrevido a tocar en años.
Ahora se reclama que la esclavitud sea declarada crimen contra la humanidad, que se indemnice a las familias de los esclavos o se condone la deuda de países africanos.
El sionismo debe ser equiparado al racismo o, como mínimo, que la política israelí en los territorios palestinos sea no solo condenada sino sancionada.
Las ocupaciones a territorios palestinos constituyen una nueva clase de Apartheid y son un crimen contra la humanidad.
Por supuesto, Estados Unidos no ve la viga que tiene en el ojo (el asunto de la esclavitud) y se ofende por las condenas contra Israel.
Estamos hablando de un territorio robado al pueblo palestino en 1948. Robaron las tierras de millones de personas que llevaban generaciones viviendo ahí. ¿La prueba? Los millones de refugiados que Israel ha desplazado a Líbano, Siria o Jordania. Estas gentes vivían en algún lugar antes de su desalojo.
La política de Estados Unidos sobre asuntos del medio oriente es culpable en gran medida de la situación actual en Palestina y el mundo. La política de Israel ha causado más sufrimiento a gente inocente que las víctimas del holocausto.
La política exterior de la administración Bush está arruinando el orden mundial creado tras la guerra fría, dando entrada a uno nuevo totalmente unipolar.
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